«El hoy Capitán de Artilleria D. José Barbeta (José Barbeta y Baurell), acompañado de Mr. Delbrel (Gabriel Delbrel Davy), hizo una expedición a Taza del 20 de Enero al 15 de Febrero de 1904...»

«Al tomar posesión del mando el General Marina, el 21 de Noviembre de 1905, estaba en plena ejecución un proyecto que constituía gravísima amenaza para Melilla. En Octubre anterior (de 1904) había cedido el Pretendiente, en arrendamiento por 99 años, a una Compañía francesa los terrenos necesarios para establecer una factoría comercial en la Restinga, á 25 kilómetros de la Plaza. Era alma de esta empresa Mr. Gabriel Delbrel, viajero francés bastante conocido, titulado jefe de Estado Mayor del Pretendiente, cuyos sospechosos manejos habían obligado al General Segura a prohibirle la entrada en nuestro territorio, y formaban parte de ella otros franceses, en su mayoría procedentes de Argelia, indicio positivo de la simpatía rayana en apoyo con que era mirada por las autoridades de la vecina colonia. El objeto principal de la factoria era proveer de armas y municiones al pretendido Muley Mohammed»
«Habia roto Mr. Delbrel sus relaciones con el Pretendiente en Agosto de 1906 y obtenido del General Marina el olvido de lo pasado, fijando su residencia en Melilla y con objeto de estudiar geográfica y comercialmente el país, proyectó un viaje por tierra de Alhucemas al Peñón, saliendo el 17 de Marzo de 1907 acompañado del joven D. Enrique Arques.
Mientras marcharon por la cábila de Beni Uriaghal y aun por las fracciones de Bocoya más próximas á Alhucemas, no hubo novedad; pero al llegar á Tafensa se había ya esparcido la noticia de que uno de los expedicionarios era Delbrel, y después de una refriega en que la vida de ambos corrió grave riesgo, resultando dos moros muertos y dos heridos, fueron hechos prisioneros y conducidos à la Alcazaba de Snada a dos horas del Peñón.
El Gobernador de Melilla reclamó la libertad de los dos cautivos, sin consentir nunca en separar la suerte de Arques de la de Delbrel y Muley Mohammed ordenó que se les dejara marchar libremente, pero el jefe de la Alcazaba no se atrevió a hacerlo y fue preciso enviar al Xerif Nasin, ano de los jefes más humanos y amigos de España, para recogerlos y conducirlos s Zeluan, á donde llegaron el 15 de Abril, después de grandes peligros y penalidades, siendo puestos en libertad.»
«el mismo Sr. Barbeta, el 1. Teniente de Ingenieros D. Eusebio Redondo y Mr. Delbrel hicieron en Julio de 1907 una excursión á la ensenada de Kolla, en la contracosta de la península de Tres Forcas, visitando unas ruinas que fundadamente se cree son las de la antigua Casaza; toda la región entre Melilla y el Muluya ha sido recorrida multitud de veces por las diferentes personalidades de las empresas mineras y el camino à Zeluán fue, mientras él residió allí el más seguro de Marruecos
No es tan benévolo con sus súbditos como con los europeos; convencido sin duda de que aquellos no entienden otro sistema que el tradicional, todos los castigos característicos de la crueldad musulmana se empleaban en Zeluán, incluso el atar al reo à la boca de un cañón que después se disparaba con buena cantidad de pólvora.
Por lo que à España se refiere, no puede en verdad tener queja del Pretendiente: à pesar de su carácter marcadamente argelino, y de haberse rodeado de argelinos al principio de su instalación en Zeluán, no tardó su claro talento en hacerle comprender que le tenia más cuenta la amistad de España y desde entonces los personajes más importantes de su Corte frecuentaron la plaza, corrieron la pólvora en honor de nuestros reyes en las fiestas del matrimonio de S. M. y del nacimiento del Príncipe heredero, vinieron expresamente a manifestar su sentimiento por las inundaciones de Málaga y por las matanzas de Casablanca y cuando los acontecimientos exigieron que España ocupase la Restinga y Cabo del Agua»

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