ALFREDO GONZÁLEZ (14-01-1986). Solo quedan 17 días. Publicado por el Diario de la Costa del Sol:
«Conforme nos acercamos a la fecha del 31 de enero, las manifestaciones de uno u otro signo van apareciendo al respecto de la famosa ley 7/1985, ley de Extranjería o ley del dolor de cabeza porque a estas alturas, quien más quien menos está ya un poquito harto del nombrecito y de la virulencia que despierta el tema en más de un sector social.
La verdad es que ya no sabe uno qué pensar. Mientras que la Delegación del Gobierno exterioriza claramente la voluntad gubernativa de aplicar la ley con todas sus consecuencias, el colectivo musulmán trabaja decididamente por caminos distintos a la citada ley. Para unos el Ministerio del Interior es el órgano competente en la materia y aplicará la legislación guste o no. Para otros se va a producir una moratoria y, en el mejor de los casos, no se van a presentar solicitudes para la “tarjeta de extranjero” sino que se estudiará globalmente el problema musulmán melillense a través de un censo que próximamente se enviará al Ministerio de Justicia. Así el problema es bien distinto a la consecución de la famosa tarjeta sustitutiva de la estadística. Aomar habla claramente de una tramitación global y ágil de nacionalizaciones.
¿Qué podemos pensar al respecto? Respetamos y nos creemos las palabras de Andrés Moreno porque, en este país, no hay más que un Gobierno y Moreno es el legítimo representante del mismo en Melilla. Por otra parte, pensamos que el líder Mohamedi no va a realizar declaraciones por gusto ni va a provocar sueños irrealizables en sus miles de seguidores. En una colaboración anterior enunciábamos esta encrucijada con el interrogante: ¿quién miente? Ahora que los días pasan irrevocablemente, que Moreno Aguilar está en Melilla y que las posturas, en definitiva, se mantienen, pensamos que no miente nadie sino que existe realmente una incógnita de difícil solución a nivel local.
Allá, en las alturas, alguien no está siendo claro y se está provocando en Melilla la falta total de entendimiento entre unos y otros. In extremis, –y sin dudar de la palabra de Aomar– tendríamos que optar por la versión gubernamental porque, entre otras cosas, se hará –en definitiva– lo que el Gobierno decida y lo que el Gobierno va a decidir es lo que permanentemente nos comunica su Delegado en Melilla. ¿Qué ocurre ahora con el colectivo musulmán que no está tramitando documentaciones basados en las promesas conseguidas en Madrid? ¿Quién paga los platos rotos?
No quedan muchos días para el 31. Conviene que una parte y otra dialoguen y lleguen a un punto de encuentro o ésto (-sic-) cambia o los fuegos artificiales de Navidad se van a prorrogar unos días más de la cuenta.»
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