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En la imagen retrato del Abdul Násir Mulay Ismaíl as-Samin ben Sharif, el segundo Sultán de la dinastía alauí. |
Ahmad Benali, el rifeño, fue el Comandante en jefe de las cábilas del Rif en el siglo XVII, siendo recordado con honor por las fuentes del siglo XVII de Tetuán, Larache, Tánger, Chefchaouen, Mahdia y por la tradición oral del Yebala. Era nieto de Sidi Muhammad Al-Hamami, enterrado en Tamsaman, la capital histórica del Rif. Este rifeño ilustre era oriundo de nuestra zona oriental de Melilla y puede considerarse de la altura de Muley Mohend, Schrif Amezian y Omar Duddú Funti.
Como éstos, Ahmed Benali, el rifeño, creció viendo lo que suponía el colonialismo español para la aldea de Melilla, con secuestros regulares de niñas autóctonas, pago de confidentes y contrabando. El segundo sultán alaouí, Muley Ismael, nombró a Sidi Ahmad Benali, el rifeño, Comandante de los batallones del ejército magrebí, encomendándole la tarea de liberar los presidios ocupados por España e Inglaterra en el Rif, como en Mahdia, Tánger, Larache, Asilah, Sebta y Melilla.
Junto con el Coronel, también rifeño, Omar bin Abdullah bin Haddou Al-Rifi Al-Batawi, Ahmad Benali expulsó a los colonos irumiyen del Presidio de Mahdia en 1681, luego de feroces batallas y un durísimo asedio.
Tras la liberación del presidio de Mahdia, Ahmed Benali, el rifeño, procedió a sitiar la ciudad Tánger, ocupada por los británicos. En el año 1684, los colonos británicos abandonaban despavoridos la ciudad rifeña. Tras el asedio, Ahmed Benali, el rifeño, capturó unos cañones de cobre de fabricación española que fueron enviados a Meknes.
A continuación, en 1689, el Comandante Ahmed Benali, el rifeño, procedió a someter a asedio el presidio de Larache, considerado un importante enclave estratégico en el Riff y un pulmón vital, muy fortificado. La técnica de Benali consistía en organizar ataques subterráneos con los que llegar a los muros de los recintos fortificados. A continuación, las galerías subterráneas se llenaban de pólvora y se procedía a volar la estructura. Benali también dispuso de máquinas de penetración, artillería pesada, cuerdas y escaleras para escalar las murallas. El asalto al presidio de Larache fue un éxito y los colonos irumiyen salieron desparidos de la provincia rifeña.
A continuación, el Ejército rifeño establecería un durísimo asedio de un año sobre el presidio de Asilah, y otro sobre el presidio de Sebta en el año 1694, que duraría treinta años, siendo considerado el asedio más largo dela historia. El comandante Ahmed Benali, el rifeño, también asedio los presidios ocupados de Rif central (Alhucemas y Badis) y el del Rif oriental, Melilla (o Mric). De hecho, por la acción militar de nuestro padre Ahmed Benali, todo el IV Recinto Fortificado de Melilla está repleto de galerías subteráneas (las famosas cuevas del parque Lobera).
La acción militar de Ahmed Benali, el rifeño, se complementó con escaramuzas en el Rif extremo oriental (Oranesado), donde encararía a los turcos. El potente ejército rifeño hacía historia, siendo clave en la unificación de un reino amazigh, muy diverso, Marruecos. Tanto el brillante militar rifeño, Ahmed Benali, como el brillante gobernante, Muley Ismael, el segundo Sultán alaoui, tenían una idea clara de que la integridad territorial pasaba por expulsar a los colonos y integrar a las diferentes cábilas amazigh.
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