En plena guerra del Rif, la población de Melilla ascendía a 42.000 almas. No habían dejado de llegar colonos españoles desde la I Guerra de Melilla (1863-1894), antes, digan lo que digan los nacionalistas españoles, no había poblamiento civil ni por tanto ciudad. Para principios de 1922, la mayor parte de los colonos huidos de la miseria de la España profunda, al no poder ni siquiera pagar el alquiler, malvivían en barracones de chabolas frente a las playas de San Lorenzo y de los Cárabos, en la explanada de Camellos, los altos del Polígono y laderas de San Francisco. Este lumpenproletariado colonial vivía cerca de la minoría de nativos refugiados que ya malvivían en chabolas dentro de la colonia española.
Ante semejante caos provocado por la política colonizadora de España, las fuerzas de ocupación actuarán derribando las chabolas y trasladando al lumpenproletariado que conformaba la población colonial. Nacía así el barrio de Batería J, que adquirirá el nombre de "barrio rifeño" antes de que existiera el gueto de la Cañada. Poco después de su fundación, Batería J se convierte en un barrio de chabolas más. En 1923, las baracas se extienden a las Cabrerizas Bajas y se adentran en la zona "del Zoco", el ancestral zoco que los nativos celebraban a su patrona Lalla Thurthut, hasta que el colonialismo la violara. Hoy la zona es conocida como la Carretera de Hidum.
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Foto de don Jose Luis Blazquez Rodriguez, compartida en el grupo de Facebook Fotos Antiguas de Melilla |
En 1924, se levantarán las chabolas del barrio de la Reina Regente y los refugiados rifeños, establecidos originariamente en el Fuerte de los Camellos, conocidos como "Iqamayuthen" (Camelleros), serán establecidos en una barraca en una zona de pésimo recuerdo para las fuerzas de ocupación, desde la I Guerra de Melilla, la Cañada de la Muerte.
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Publicado en la revista "Blanco y Negro", en su edición del sábado, 2 de diciembre de 1893 |
A lo largo de los años, todas las barracas de colonos serán más o menos habilitadas. Sólo el gueto rifeño de la Cañada permanecerá totalmente abandonado. Carente de alumbrado, alcantarillado y agua corriente. Su población, nativos exclusivamente, serán invisibilizados desde ese año de 1924 hasta el Movimiento de 1985, que dirigió el señor Omar Duddú El Funti.
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El Telegrama de Melilla, edición del miércoles, 4 de enero de 1984. |
Por supuesto, el intento de segregar a los nativos melillenses de los colonos pobres no prosperó y los barrios obreros de Melilla acogerán tanto a colonos y criollos como a nativos y mestizos. Aun con todos los aspectos negativos, el nacimiento del barrio de la Cañada de la Muerte es una gran victoria, una reconquista en la que los nativos ganaron ese espacio al colonialismo.
Como broche, se adjunta una fuente primaria más. Concretamente, cómo relató el Telegrama del Rif, en su edición dominical del 02 de agosto de 1924 el momento histórico que 98 años después recordamos:
Demasiado bondadosos los Comandantes Generales y a veces los Presidentes de la Junta de Arbitrios , oyeron requerimientos particulares ; y movidos por el deseo de facilitar viviendas a los humildes - tarea a la que vienen consagrados desde 1888 - autorizaron nuevas cuevas y construcciones aisladas , en montículos y barrancos y a lo largo de la carretera de Hidum . Paralelamente surgían nualas , berberiscas , chavolas y hasta casitas, en terrenos acotados por el ramo de Guerra para sus necesidades presentes y futuras (...)
Hace poco tiempo , decidió el ramo de Guerra limpiar de viviendas los terrenos por él acotado y decretó el desahucio de inquilinos , conminando a los propietarios para que destruyesen casucas y barracas. Transcurrido cierto plazo, procedió manu militari, poniendo en la medida desusado rigor.
Para compensarles, puso el ramo de Guerra en práctica el mismo procedimiento que años atrás la Junta de Árbitros, origen del rifeño barrio de Batería J. Concedió y concede solares de 50 metros cuadrados, en el llano de Reina Regente. Tan reducida extensión indica lo que es la nueva barriada .
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