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Imagen correspondiente a El Telegrama de Melilla, en su edición del día 16 de septiembre de 1982 |
Dada la cantidad de asociaciones religiosas que actualmente hay en Melilla, este artículo puede resultar hasta extraño para los melillenses más jóvenes. No siempre fue como ahora. Tras la Transición, los melillenses judíos y musulmanes buscaron oficializar sus asociaciones religiosas. Resumiendo mucho la cuestión, se podría decir que el Ministerio del Justicia validó los estatutos de la Comunidad Israelita de Melilla pero no los de los musulmanes. En 1981, los musulmanes, ya entonces liderados por Aomar Duddú, querían refundar la Comunidad Musulmana del Comandante Mizzian, fundada en 1914. Esa pretensión fue acogida con hostilidad por el Delegado del Gobierno. Así lo recordaba el periodista don Fernando Belmonte:
"(Enrique) Millan, desde que conoció las intenciones de Dudu de reactivar la asociación de la Comunidad Musulmana... puso en movimiento toda la maquinaria del Estado para frenar tal iniciativa. Se trataba de impedir que los musulmanes, como colectivo, salieran de las mezquitas".
Se daba así la paradoja de que por la Ley de Asociaciones de 1968 se pudo constituir la Asociación Religiosa Musulmana de Melilla. Por lo que el gobierno tardofranquista fue más permisivo con los nativos melillenses que el Régimen del 78.
En todo caso, pasado un año sin respuesta del Ministerio de Justicia, mientras los melillenses judíos eran respondidos sin dilación, Duddú decidió programar, por las bravas, para el 15 de septiembre de 1982, la asamblea constituyente de la Gestora de la Comunidad Musulmana, aunque no tuviera validados los estatutos. Para evitar una intervención policial, la asamblea se realizaría dentro de la Mezquita Central. La población colonial se empezó a revolver y el Subdelegado del Gobierno salió pidiendo "el sosiego del sector cristiano" y amenazando a los musulmanes de las consecuencias de romper la cuerda.
La asamblea se acabó celebrando igual, y como no era prudente meter a la policía en la Mezquita, apareció otra candidatura integrada por marroquíes que se llevaban bien con los todavía grises. Esta candidatura se dedicó a armar el follón y montar el pollo, para no saber si había ganado Duddú, el cual fue sacado a hombros, aclamado como líder.
El Ministerio de Justicia nunca validó los estatutos de la Gestora de Comunidad Musulmana de Omar Duddú, pero desde el 15 de septiembre de 1982, fue considerado el Presidente de la Comunidad Musulmana de Melilla. No terminarían los intentos de boicotear al movimiento organizativo nativo. Los servicios de seguridad de la Plaza seguirán incentivando la oposición interna para dividir a los nativos y que se mantuviera el apartheid de las Tarjetas Estadísticas. Un grupo de advenedizos será el que denuncie al Presidente de la Comunidad Musulmana de Melilla por cambiar la cerradura del coche fúnebre. La Fiscalía aceptó la denuncia "por coacciones", y aunque los confidentes se echaron para atrás un Juez de procedencia franquista condenó a Duddú a un año de prisión.
Harto de las artimañas de las cloacas, Duddú dimitiría en 1984 y la asociación musulmana más antigua acabaría en manos de Yimmy Hamed Moh. El que luego, en pago, defenderá la aplicación de la Ley de Extranjería en contra de toda la comunidad amazigh, siendo inmediatamente legalizada la asociación con el nombre de Agrupación de la Comunidad Musulmana, aún activa..
El 26 de junio de 2009, se reconstituiría esa primitiva Gestora de la Comunidad Musulmana de Omar Duddú, bajo el nombre de Comunidad Musulmana Andalusí, la cual sigue activa también y se encarga de gestionar los viajes del Hayy que se celebran anualmente desde 1987.
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