La lengua hablada en el Emirato de Sicilia, al que pertenecía Malta, era el sículo-arábigo o árabe coloquial siciliano, un dialecto del árabe que a su vez procedía del árabe magrebí hablado por los conquistadores tunecinos. El sículo-arábigo se extinguió en el siglo XIII, con Sicilia ya bajo dominio normando, pero persistió en Malta, donde se fue desarrollando de manera aislada e independiente. A la base sículo-arábiga, que supone cerca de un tercio del vocabulario, se fueron sumando influencias y préstamos de otras lenguas como el italiano, siciliano (romance), español, catalán o griego y, algo más tarde el inglés. Alrededor de la mitad del vocabulario es de origen italiano y siciliano.
Así, sufrió un proceso de latinización por influencia de las lenguas románicas que hizo que su escritura fuera en caracteres latinos al menos de forma generalizada a partir del siglo XVIII. No se sabe si anteriormente pudo ser escrito con caracteres árabes, porque no ha sobrevivido ningún documento que lo demuestre.No obstante, el primer ejemplo que se conserva de la grafía latina es ya de finales de la Edad Media, aunque también se escribió ocasionalmente con caracteres hebreos, al menos hasta la expulsión de los judíos en 1492. Ello convierte al maltés en una rareza única en el mundo, la única lengua semítica estandarizada (hebreo, árabe, fenicio, etíope, etc.) que se escribe actualmente con caracteres latinos.Durante mucho tiempo la hipótesis de que el maltés derivaba del fenicio fue la más aceptada, principalmente porque las élites maltesas se negaban a reconocer el origen árabe. Pero a partir de la década de 1920 un grupo de intelectuales funda la Alianza de escritores del maltés (Għaqda tal-Kittieba tal-Malti), que se encargaría de fijar la ortografía y el alfabeto del maltés moderno, oficializados por ley en 1934 y que son los que se utilizan hoy.
El documento más antiguo que ha sobrevivido en lengua maltesa es, como decíamos antes, de finales de la Edad Media, concretamente del siglo XV. Es un poema de 20 versos titulado Cantilena (Xidew il-Qada), compuesto por Pietru Caxaro hacia 1460:
"Xideu il cada ye gireni tale nichadithicum
Mensab fil gueri uele nisab fo homorcom
Calb mehandihe chakim soltan ui le mule
Bir imgamic rimitine betiragin mecsule
fen hayran al garca nenzel fi tirag minzeli
Nitila vy nargia ninzil deyem fil-bachar il hali
Huakit hy mirammiti Nizlit hi li sisen
Mectatilix il mihallimin ma kitatili li gebel
fen tumayt insib il gebel sib tafal morchi
Huakit thi mirammiti lili zimen nibni
Huec ucakit hi mirammiti vargia ibnie
biddilihe inte il miken illi yeutihe
Min ibidill il miken ibidil il vintura
halex liradi ‘al col xebir sura
hemme ard bayda v hemme ard seude et hamyra
Hactar min hedaun heme tred minne tamarra"
(El
recital de mi desgracia, vecinos míos, venid y os lo contaré.
Como
no ha habido en el pasado, ni en toda tu vida.
Un
corazón desgobernado, sin pretensiones y sin señorío
me
ha arrojado a un pozo profundo con pasos que se detienen en seco;
Donde,
deseando ahogarme, desciendo por los escalones de mi caída;
Subiendo
y bajando siempre en el mar tormentoso.
¡Mi
casa se ha caído! Han cedido los cimientos.
Los
obreros no entraron, y la roca cedió.
Donde
esperaba encontrar roca, encontré arcilla suelta.
La
casa que había estado construyendo durante mucho tiempo se ha derrumbado.
¡Y
así es como cayó mi casa! ¡Y la construí de nuevo!
Cambié
el lugar que la dañaba.
Aquel
que cambia de lugar cambia su fortuna;
Porque
cada tierra marca la diferencia con cada tramo;
Hay
tierra blanca y tierra negra y roja;
Más
allá de esto, está aquello de lo que es mejor huir).
Cantilena
de Pietru Caxaro)
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