sábado, 25 de junio de 2022

LA SEGUNDA VISITA DEL REY ESPAÑOL ALFONSO XIII A MŘIČ (ENERO DE 1911)

En presencia de la tropa, el Rey de España, Alfonso XIII, hace entrega de diversas condecoraciones a los oficiales del regimiento de Taxdirt

Revista francesa Mauritania, edición del miércoles, 1 de febrero de 1911. Cit. D. Javier Calveer.

Impasible, bajo la lluvia torrencial , montado en su fiel corcel , rodeado de un brillante bastón , teniendo a su lado al general Toutée, el Rey de España , ceñido en su uniforme escarlata de general de los húsares de Pavía , contemplaba las evoluciones de su tropas cuyas masas cubrieron la vasta meseta de Rostrogado. ‹¡Viva el Rey!› gritaron los oficiales tan pronto como lo alcanzaron, ‹Viva› se hicieron eco los 10.000 hombres que pasaban frente a él. 

Durante cerca de diez días, Alfonso XIII, acompañado del Sr. Canalejas, Presidente del Gobierno y los Ministros de Guerra y Marina, a pesar del mal tiempo, permaneció entre sus súbditos, recorriendo la península, visitando todos los puestos, recibiendo de todas partes de los caciques marroquíes, que corrieron a su encuentro, muestras de fidelidad y sumisión. Fue una marcha triunfal. Para honrar a su Soberano, Melilla se había puesto sus atavíos festivos.

Antes de la revista, S. M. Alfonso XIII había oído la misa, celebrada sobre un gigantesco altar levantado en medio de la plaza; también había dotado a los regimientos de nuevos estandartes. Esta ceremonia fue un espectáculo inolvidable, aún más imponente por la belleza de la decoración. A lo lejos, sobre el mar azul, se destacaban las siluetas del crucero francés "Du Chayla", el yate real Giralda", los cruceros españoles "Río de la Plata", "Extremadura", Cataluña".

La ciudad presentaba un pintoresquismo indescriptible mientras miles de personas se agolpaban en la Avenida del Rey, colmando de flores a Alfonso XIII. Ni un gesto, ni una palabra fue discordante. Nos reímos cuando vimos en varios periódicos la siguiente información: «La Cámara de Comercio de Melilla, habiendo solicitado durante mucho tiempo al Rey su intervención para obtener concesiones indispensables para la extensión del comercio y no habiendo obtenido todavía completa satisfacción, recordó al Soberano su promesa erigiendo sólo la mitad de un arco de triunfo con esta inscripción: “La Cámara de Comercio a Alfonso XIII”. El Rey enterado de esta manifestación simbólica se rio y prometió que la Cámara estaría satisfecha”»

Nada es menos exacto, el reportero para la ocasión ha sido engañado. La Cámara de Comercio simplemente había querido erigir un arco triunfal que recordara una ruina del continente, ni más ni menos. Jamás se habría atrevido a permitirse tal demostración. Alfonso XIII impone a sus súbditos no sólo respeto, sino también miedo.

PIEDS NOIRS

Poco favorecido por la climatología, el viaje del joven rey de España adquirió, no obstante, una importancia considerable, no sólo entre sus súbditos peninsulares, sino también entre los numerosos españoles establecidos en el oeste de Argelia. Los pocos vapores pequeños, privados de comodidades, que noche y día aseguraban un servicio entre Orán y Melilla, salían y volvían llenos de pasajeros. Por mucho tiempo hablaremos, en Orania, del viaje de El Rey a su colonia en la costa Berberia.



         

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