Cinco años después de la deportación de 1863, en octubre de 1868, los colonos españoles intentarían iniciar las obras de desvío del río Medawar, que ellos llaman "el río de oro".
Inmediatamente los guelayitas (iker3ian) reocuparían la actual Melilla (salvo el presidio). El Sultán, Muhammad IV, que vería con buenos ojos la resistencia de los nativos melillenses, eludió las clausulas coloniales que le impelían aplastar la legítima resistencia, y la reocupación de nuestra tierra se hizo estable.
Seis meses después, el 21 de mayo de 1869, un colono asesinaría desde la misma puerta de Santa Bárbara (actual Plaza de las Culturas), la frontera a la sazón, a un aker3i muy respetado por los amazíes. Lo que llenaría de indignación al pueblo originario.
Su cábila invocó la ley tribal y el Bajá, el Gobernador de la región, no pudo más que aconsejar a que los colonos no salieran del presidio hasta que se calmaran los ánimos, quedando éste de nuevo asediado.
Tres meses después, el 29 de agosto, tres colonos, que desoyeron la recomendación y salieron al territorio amazigh (que es la actual Melilla), fueron ajusticiados como represalia. Considerando los nativos que la afrenta había sido saldada y reanudando las relaciones con los colonos el mes de septiembre.
Desde entonces, el rompecabezas de los españoles será cómo tomar el efectivo control del territorio que que habían arrancado al Sultán Al 3Abbás, ante un pueblo, el aker3i melillense, tan obstinado y celoso por su patria.
CONTINUARÁ...
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