En diciembre de 1985, el pueblo rifeño de Melilla elevó un escrito al Gobierno español rechazando el proyecto de Estatuto de Melilla, el cual, además de ocultar hasta la palabra autonomía, negaba e invisibilizaba a la lengua y cultura tamazight de Melilla. Este proyecto de Estatuto, que provenía del PSOE, era denominado sarcásticamente por el líder rifeño melillense Omar Duddú como "la autonosuya". Así las cosas, el movimiento a favor de los signos de identidad de la nación rifeña de Melilla, culminará el 26 de abril de 1986 en la histórica primera manifestación en defensa de la lengua y de la cultura autóctona melillense.
No obstante, los partidos que se oponían a que la mayoría de la población rifeña de Melilla alcanzará la igualdad de derechos, tras reventar el Movimiento del 85, aprobaron en 1995 dos Estatutos de Autonomía que en esencia suponían continuar desde el plano legal la situación de marginalización oficial de las lenguas y la cultura de los autóctonos oriundos de Ceuta y Melilla.
ASÍ, EN EL ESTATUTO DE CEUTA SE NIEGA LA EXISTENCIA DE OTRA LENGUA DE CEUTA MÁS QUE EL CASTELLANO QUE TRAJERON LOS COLONOS DE LA PENINSULA, Y EN EL ESTATUTO DE MELILLA NI SE MENCIONA EXPLÍCITAMENTE A LA LENGUA RIFEÑA.
No fue hasta 2014, tras mucho esfuerzo, cuando la Ciudad Autónoma de Melilla expresamente declararía para el IV Informe sobre el cumplimiento en España de la Carta Europea de Lenguas Regionales y / o Minoritarias del Consejo de Europa, que el tamazight es "lengua tradicional de Melilla" y “patrimonio cultural" de los melillenses.
Así, no fue en 1985, ni en 1995, sino en 2014, cuando se dio el punto de inflexión, a partir del que la nación rifeña que habita Melilla adquirió la fuerza suficiente para emprender la batalla cultural y salir del silenciamiento al que está expuesta desde el infame tratado colonial hispano-marroquí de Wad Rass. Queda empero mucho por hacer. El Estatuto actual de Melilla, que el Presidente Castro ya ha dicho que no piensa reformar, también niega la condición de melillense para todo natural de Melilla, es decir, para todo quien haya nacido y crecido en Melilla, conformando una mini Ley de Extranjería promulgada en 1995 por los mismo que nos querían expulsar en 1985. Además, en Cebta, donde no hubo Movimiento de 1985, la marginación es aún más descarada, considerándose al dariya norteño o rifeño como un dialecto extranjero, a pesar de ser la lengua viva más antigua que se habla en la ciudad.
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