viernes, 25 de marzo de 2022

DERRIBANDO MITOS: "ENCUENTROS"


A día de hoy, el mito de una Melilla de 500 años está ampliamente cuestionado, pero para 1997, por la desmovilización popular de la población autóctona tamazight y el oportunismo de algunos dirigentes, el mito pasaba por ser un hecho incuestionable. 

En 1997, la operación de desmemoria, iniciada 10 años antes, estaba completada. Por ello, el Ayuntamiento, en manos del PP, se permitió e interesó en que un nativo amazigh, Mustafa Arruf esculpiera el grupo escultórico Encuentros que conllevó una inversión de setenta millones de pesetas.

Con el fondo de "el encuentro de dos mundos" con el que se maquilla la celebración de la conquista de América, conocido tradicionalmente como "Día de la Raza Española" o "Día de la Hispanidad", en la Melilla regida por la derecha española de Ignacio Velázquez y Enrique Palacios, se presentó el mito de Estopiñam como un encuentro entre culturas.

Como hoy se sabe, el día de la conquista de Melilla se desconoce, las crónicas tardomedievales con contradictorias y lo más sensato es situar la fecha tras las hostilidades que enfrentaron al reino de Castilla y el reino de Fez. Es decir, no fue ni un encuentro entre dos culturas ni una ocupación pacífica sino una invasión violenta en toda regla que duró meses, con el consiguiente desplazamiento de la población local.

No hubo encuentro, sino un permanente asedio que separó de su entorno a la roca blanca (Mricht), que era el puerto de la región del Guelaya. Melilla no volvería a ser ciudad hasta principios del s XX, cuando la roca volvió a conectar con su entorno. Para ello, se desplazó en 1894, tras la Guerra de Margallo, a la población autóctona tamazight del campo de Melilla (que es la Melilla actual). Es decir, tampoco hubo ningún encuentro, sino otra invasión violenta. 

Pasaría la campaña de Melilla (1909), con 8000 muertes de autóctonos iker3ien, según fuentes coloniales, para que se asentara el poder colonial en la región. Sólo con el tiempo, y sobre estas bases violentas, se puede hablar de coexistencia. Algunos nativos melillenses, sólo los establecidos en la actual Ciudad de Melilla, disfrutaremos de la igualdad de derechos tras el movimiento cívico del 85. Sólo entonces, y de manera matizada, se puede hablar de encuentro.



         

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